Los periodistas y los psicólogos son rápidos para describir y
calificar a alguien como un adicto al porno, sin embargo no hay ninguna
investigación científica sólida que demuestre que este tipo de adicción en
realidad existe.
Estas etiquetas se basan en el hábito de la frecuencia de visualización de imágenes de carácter sexual y sólo se describe como una forma de patología. Estas etiquetas ignoran los beneficios positivos que poseen. Así lo afirma David Ley, psicólogo clínico en la práctica, en Albuquerque, Nuevo México, y director ejecutivo de New México Solutions, un importante programa de salud mental. El Dr. Ley es el autor de un artículo de revisión sobre el llamado modelo de adicción a la pornografía, que se publicó en la revista de Springer, Reportes Actuales de Salud Sexual.
La adicción a la
pornografía no fue incluida en el diagnóstico, recientemente revisado, del
Manual Estadístico debido a la falta de datos científicos. Menos de 2 de cada 5
artículos de investigación (37%) sobre el comportamiento sexual de alta
frecuencia, la describen como una adicción. Sólo el 27% (13 de 49) de los
artículos sobre el tema, contenían datos reales, mientras que sólo un estudio
psicofisiológico relacionado, apareció en 2013. Estas etiquetas se basan en el hábito de la frecuencia de visualización de imágenes de carácter sexual y sólo se describe como una forma de patología. Estas etiquetas ignoran los beneficios positivos que poseen. Así lo afirma David Ley, psicólogo clínico en la práctica, en Albuquerque, Nuevo México, y director ejecutivo de New México Solutions, un importante programa de salud mental. El Dr. Ley es el autor de un artículo de revisión sobre el llamado modelo de adicción a la pornografía, que se publicó en la revista de Springer, Reportes Actuales de Salud Sexual.
El artículo de revisión del Dr. Ley destaca que son bastante pobres los diseños experimentales y carecen de rigor metodológico y les falta especificación del modelo de la mayoría de los estudios que lo rodean.
La
investigación encontró muy poca evidencia -o ninguna en absoluto- sobre algunos
de los efectos secundarios negativos de la supuesta adicción al sexo. No había
ninguna señal de que el uso de la pornografía esté conectado a la disfunción
eréctil, o que cause algún cambio en los cerebros de los usuarios.
Además, a pesar del
gran furor por los efectos de la exposición infantil a la pornografía, la
utilización de material sexualmente explícito explica muy poco de la variación
en los comportamientos de los adolescentes. Estos se explican mejor y por otras
variables individuales y familiares. En cambio, el Dr. Ley y su equipo creen
que los beneficios son positivos al ver este tipo de imágenes, y no lo hace una
problemática de factor. Incluso puede mejorar las actitudes hacia la
sexualidad, aumentar la calidad de vida y la variedad de comportamientos
sexuales, así como aumentar el placer en las relaciones a largo plazo. Además, la pornografía proporciona una salida legal para comportamientos o deseos sexuales ilegales, y su consumo o disponibilidad se asociada con una disminución en los delitos sexuales, especialmente el abuso de menores. Los médicos deben ser conscientes de que las personas que reportaron adicción es probable que sean hombres, tienen una orientación no heterosexual y tienen una alta libido; además tienden hacia la búsqueda de sensaciones y tienen valores religiosos que están en conflicto con su conducta y deseos sexuales.
Ellos pueden
usar visualmente las imágenes como estimulante para hacer frente a los estados
emocionales negativos o cuando disminuye su satisfacción con la vida.
Necesitamos
mejores métodos para ayudar a las personas que luchan con el uso de alta
frecuencia de los estímulos sexuales visuales, sin categorizarlos, señaló el
Dr. Ley, quien es crítica fuertemente las prácticas lucrativas que rodean el
tratamiento de la llamada adicción a la pornografía.
En lugar de
ayudar a los pacientes que pueden tener problemas para controlar la
visualización de imágenes de carácter sexual, el concepto de ‘adicción a la
pornografía’ parece alimentar a una industria con ganancias secundarias que se
basan en esta idea, concluyó.
Si quieres
saber más sobre este estudio, visita: http://www.springer.com/